La memoria y las posibles negligencias médicas


El pasado no existe, el futuro solo podemos imaginarlo y casi nunca acertamos en nuestras previsiones, pero el primero se borra tan rápidamente de nuestra memoria que a mí en particular hay veces que pienso que ya me está llegando el Alzheimer. De toda la vida escribo un diario, y como es lógico hoy escribo lo que hice ayer, pero si por cualquier circunstancia, dejo de escribirlo un día, escribir lo que paso anteayer, ya es un problema, tengo que ir hilvanando hechos. No digamos si se trata de escribir lo que hiciste hace una semana, misión imposible. Esto demuestra lo dicho anteriormente, con la rapidez que los hechos caen en el olvido. También es verdad que hay veces que algo se te “cruza” en el cerebro y no paras de pensar en ello. En este caso ya no es solo María, sino lo que yo llamaría la ignorancia, ineptitud o inconsciencia del cirujano que la operó. En su momento no quería saber nada del tema, lo que ocupaba todas mis neuronas, es que se había ido y eso ocultaba el resto.
Estudié máquinas y siempre me han encantado. En un motor que trabaja a un número de revoluciones inferior a las normales, los aros (segmentos), desgastan la camisa hasta una cierta altura, quedando esta con dos diámetros, el primitivo y el desgastado, por supuesto, de más diámetro, y entre ambos un escalón. Si por cualquier causa aumentamos el numero de revoluciones, y aunque nos resulte difícil de imaginar, el conjunto biela/pistón estiran, por lo que al chocar los citados aros con el escalón, lo más seguro es que partan e incluso gripen al motor. Esto puede ocurrir porque haya una obstrucción en el chiclé de alta en un motor de explosión, o por estar tapados algunos de los orificios de las toberas del inyector en un diesel. Lo último lo digo por buscar similitudes.
Si tres arterias coronarias que son las que irrigan el miocardio, músculo encargado de bombear la sangre por el sistema circulatorio, están obstruidas, es de lógica pensar que el corazón bombeaba poco, o dicho de otra forma, iba a pocas revoluciones. Si le reparan las citadas arterias, bajo mi punto de vista, el corazón cogerá un ritmo para el que no estaba preparado. A María, según nos dijo el cirujano, le dejo de funcionar el ventrículo izquierdo, precisamente el que impulsa la sangre hacia la arteria aorta, la cual lleva sangre a la mayor parte del cuerpo y sabiendo que tenía una tensión altísima, o sea arterias ciegas, su corazón no pudo soportar la presión a que fue sometido y estalló.
Todos coincidían en que para las anginas de pecho que había tenido, el corazón lo tenía muy bien. ¿El por qué falló?
Esto en mis pensamientos es tan recurrente que quizás escribiéndolo me olvide un poco del tema (me hace falta). Pero si esto para mí es tan lógico, y llevo razón (no asevero), como no lo fue para un profesional que como en su caso lleva treinta años reparando corazones.
Si creo a mi psiquiatra, es el destino, pero a mi cada vez más, me parece incompetencia.
Si ella estuviera aquí, me diría que el ingeniero que llevo encima (textualmente así lo decia) es inaguantable, y puede que llevara razón, porque suponiendo que fuera cierto todo lo antedicho, ¿qué ganaría?, y sin embargo este pensamiento obsesivo, me está haciendo mucho daño. Mejor pensar que ha sido cosa del destino, y al soltarlo aquí, haga que lo archive.
Ojalá, con el pasado reciente me ocurriera igual que con mi diario.

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Historias extrañas. Alonso Sánchez de Huelva


Se acerca el 12 de Octubre y ya los medios de comunicación nos bombardean con la Fiesta Nacional de España, Día de la Hispanidad o Día de la Raza. Esta ultima denominación atribuida a Franco, fue creada por el ex ministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana, en 1913, y curiosamente así es como la denominan mayoría de los países hispanoamericanos, palabra que les jode mucho (ellos siempre utilizan la de latinoamericanos).
Ni que decir tiene que vendrá la polémica si Colón descubrió América y se encontrarán opiniones para todos los gustos, desde que fueron grupos mongoloides asiáticos cruzando el estrecho de Bering, que llegaron de la Polinesia, Melanesia o de Australia, y ya más reciente de los vikingos, de los vascos y lo que me quedaba por saber es que los ingleses también se atribuyen este descubrimiento con . Y .
Ya de Colón ni hablemos, desde que fue un hasta un . No digamos nada de .
En nada de esto voy a entrar, porque sería la historia interminable, pero si lo voy a hacer de un personaje que siempre me ha intrigado que es , también conocido por o el .
Que Colon tenía información, es seguro: en lugar de navegar directamente hacia el oeste (así figuraba en las noticias y en la carta de marear de Toscanelli ) siguiendo los paralelos de España, alarga la ruta y pone proa al sur. ¿Por qué? Colón lo sabe muy bien. Es allí donde encontrará los vientos y las corrientes propicios. Desciende hasta las Canarias, y se sitúa entre los paralelos 27 y 28. Modifica las velas de la Pinta y cambia el aparejo latino (cuadrado) por el redondo, más útil para beneficiarse de los vientos de popa. Lo último que vieron fue San Sebastián de la Gomera y la isla de Hierro, a babor. (De Las cartas marcadas del Almirante)
Tampoco voy a escribir sobre él, porque si pones en cualquier buscador (en realidad he puesto enlaces para que no os molesteis), cualquiera de los tres nombres te aburrirás de leer sobre este personaje que al igual que Colon se duda desde su origen hasta si en realidad fue asesinado (hay hasta quien da datos de cómo lo hizo) por este último para quedarse con la información que traía.
Si te interesa este individuo, voy a poner algunos enlaces a videos (solo pongo uno, pero son tres), en este caso de Iker Jiménez, en el que incluso entrevista al historiador Mariano Fernández Urresti, autor del libro .
También de , en este caso andaluces, que haberlos, haylos, y al otro extremo


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Tienes donde entretenerte.

Lo prometido es deuda.

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El olvido del tiempo


Son muchas las veces que he escuchado aquello de el muerto al hoyo y el vivo al bollo, y siempre me ha parecido una frase (refrán/proverbio) humillante y más cuando hay un difunto presente, pero me voy dando cuenta que el saber popular es muy sabio, al menos en este caso, aunque lo del vivo al bollo, si me lo aplico a mi, siento vergüenza ajena.
Van pasando los días, y tengo que reconocer que cada vez es menos el tiempo que María está en mis pensamientos. Noto como el baúl de los malos recuerdos de nuestro cerebro, cada vez está más cerrado, y que incluso cuando quiero traérmela al presente hay cierta oposición de mis neuronas a que esto ocurra. Siento una especie de pena de que esto suceda; algo así como si ella me estuviera viendo y me preguntara: ¿Es que ya no soy nada para ti? Ocupa cada vez menos tiempo de mis pensamientos, pero esta mañana, quizás porque el día ha amanecido gris, me he despertado pensando en ella. Me he acordado cuando estando su cuerpo presente, su tata, de la que siempre me dijo era más que una hermana, me dio las gracias por haberla hecho tan feliz.
Recurro a otro dicho: Todo se paga en esta vida, y aquí para nada estoy de acuerdo con el saber popular. Sé que su vida no ha sido nada fácil, y cuando lo iba a tener todo, se marcha. ¿Por qué? ¡Para nada se lo merecía! Daba más para los demás de lo que recibía, y si me lo aplico a mí, la verdad es que algo muy malo debí hacer y que el baúl de los recuerdos metió en su parte más profunda, para no recordarlo. Llevo un palo tras otro y cada vez más fuertes. Dicen que después de la tempestad viene la calma, pero la mar sigo viéndola muy encrespada.
Hablaba en un escrito anterior que María y yo habíamos empezado una nueva vida con dieciocho y veinte años cada uno. ¡Qué ironía! Ella mejor que no hubiera empezado esa vida tan corta y yo en el espacio de unos días he envejecido con tal rapidez, que me encuentro achacoso y sin ninguna ilusión. Vegetando.

Te prometo que el próximo escrito será, digamos, de investigación. Me regañabas porque últimamente no lo hacía.

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Regreso a mi ascetismo (involuntario)


Estoy inmerso en una nube, pero me doy cuenta que para mi desdicha he vuelto a mi ascetismo.
Ya sí que sí. Ya si me encuentro solo. Mi hija aprovechando el festivo de esta semana que ha pasado, ha vuelto a estar estos últimos cuatro días conmigo, pero esta mañana cuando me he levantado, he escuchado el silencio.
Mi hijo se ha quedado a vivir conmigo y lo veré más, pero es uno de los que engrosan las filas del paro, y la verdad sea dicha se agarra a ese mercado de los chapuces y unas veces haciéndolos y otras buscándolos, lo veré solo por las noches, y aunque estuviera aquí todo el día es poco hablador motivo por el que tampoco será de gran ayuda (emocionalmente, me refiero).
Pienso que ya no tengo escusa, para salir del túnel. Me preparo el desayuno, y tomándolo vuelve María (si es que alguna vez se ha ido). Para ella el desayuno era un rito.
Durante este tiempo he tenido llamadas y he recibido correos que no he contestado y me decido a ir cerrando puertas. He contestado y he hablado con alguien.
La soledad, dicen puede ser la puerta de la depresión, pero para mí fue de gran ayuda cosa que ahora veo como todo lo contrario. Me va a ser muy difícil vivir sin ella. Nos habíamos adaptado tanto el uno al otro que no me imagino un mundo en soledad.
En su día me trajo un sobre en el que había fotografías y otros documentos y me he decidido abrirlo y ver todo. No ha sido un trago fácil, pero me alegro de haberlo hecho. Otra puerta cerrada.


A la piscina a despejar ideas y cuando me siento junto a la misma, me sigue faltando ella. En este asiento estábamos hasta que oscurecía y observábamos cosas tontas como los gorriones tomando agua en el bebedero de los perros, y la pareja de tórtolas que todas las tardes se posaba en la antena de la televisión. Yo criticaba su llamémosle canto, y ella las defendía, diciendo que era agradable.
He aludido varias cosas curiosas que me están pasando últimamente y lo de las tórtolas, es otra de ellas. Como he mencionado venían en pareja, pues bien, ahora viene una sola y estoy convencido que es el macho.
Cuando me fui a Costa Rica, in mente, tenía la idea de que empezaba una nueva vida, a la cual le puse hasta edad, dieciocho años. Cuando allí llego ella se lo conté, decidimos que empezáramos una nueva en común con dieciocho ella y veinte yo. Me veo hecho un desecho y cansado para emprender otra, y sin embargo se que para bien o para mal la tendré que comenzar. Me daré un tiempo muerto hasta que me vuelvan a operar de la vejiga y si no me cambian las ideas volveré a aquel país aunque no sé si será el que fui tan feliz.
Siempre tuvo la maleta preparada para irnos.

Ayer se encargó Sole de recordarme que hacía un mes que nos había dejado. ¡Como si el tiempo y los sentimientos fueran compatibles!

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… y la vida sigue. Vuelta al hospital


Desde que murió María hasta ahora, cuando pensaba en mí, lo que menos deseaba, era que me partiera un rayo, pero por mucho que uno quiera lo contrario, el sol se pone todas las tardes por mucho que la vida te haya jodido.
Aunque hace bastante tiempo que me dije de no hacer proyectos de futuro, curiosamente ahora los hago: ¿Volveré a Costa Rica? No me imagino allí sin ella, pero por otra parte estoy convencido que es lo que ella hubiera querido, pero para irme a aquel país tengo que dejar cosas en orden, y la más importante es mi tercera operación de vejiga. He meditado últimamente muchas veces sobre ella y mi más inmediato pensamiento ha sido: ¡Que le den por el culo!.. Que se opere Rita Curiosamente esta mañana después de desayunar, le digo a mi hijo de llegarnos al hospital (no me veo en condiciones de conducir), porque el día que me dieron cita para las pruebas que exige el anestesista, en una de ellas, se descolgó el ordenador del sistema y no me la pudieron dar.
Le tenía miedo volver a semejante sitio, pero paso por urgencias, me meto por los pasillos, que tanto recorrí, como la cosa más normal del mundo y después de solucionar lo mío, cuando salíamos, me cruzo con el médico que la vio en urgencias (¿tenía que cruzarme con él?). Iba a decirle algo, pero me contuve. ¿Para qué? ¿Para qué prolongar la agonía?
La vida es cruel. Paso por un almacén del hospital, en el que curiosamente solo hay un cartel que dice carga y descarga, por el que había pasado cientos de veces y hoy frente a él hay un coche mortuorio con un ataúd dentro. Fue donde se cumplieron los trámites legales y la reconocí. Tenía que haber llorado y no lo he hecho. Mi razonamiento estúpido ha sido: Son más los que mueren.
Hemos aprovechado para solucionar otros problemas y cuando he vuelto me he dado un baño en la piscina.
Mi hija ya se ha ido (empiezan los colegios), mi hijo se queda conmigo, el verano se va acabando a pesar de este extraño Septiembre que lo prolonga, y no me imagino el invierno aquí, encerrado, sin ella, pero lo dicho, la vida sigue y espero venga la calma.

Anoche me llamó Élia. Me costó mucho convencerla de que era verdad que nos ha dejado.

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Mi duelo


Se perfectamente que nuestro cerebro gasta putadas insoportables, pero también sé que si no fuera por él, habría veces que esta vida no merecería la pena, y ahora me refiero a la capacidad que tiene de ir metiendo los malos recuerdos en una parte del mismo, llamémosle baúl de los malos recuerdos, lo cierra, y difícil es abrirlo. Mi baúl algo se está cerrando.
Mis neuronas deben estar bastante debilitadas después de una cadena de reveses que ha culminado con la muerte de María. La ley de Murphy a mí se me ha quedado corta. Ha sido demasiado.
Debo suponer que mi duelo lo voy superando, o al menos los sentimientos van cambiando. Mi mente me va diciendo que debo ir olvidándola, pero por otra parte me resisto a que esto ocurra. Solo el hecho de pensarlo, para mí es un avance.
Me están ocurriendo cosas que jamás me habían ocurrido, desde la película en la que me paso todo el tiempo que estuvimos juntos cuando me comunicaron su muerte, hasta rezar/hablar con ella por las noches. Al acostarme le pido que me ayude a superar este dolor, y tengo la impresión/convencimiento de que me está escuchando. ¡El ateo convencido rezando! No recuerdo haberlo hecho en la vida, pero también sé que me está sirviendo y bastante.
Mi vida no será la misma. Nadie cuidará de mí como lo hizo ella. Serán muchos los buenos recuerdos que me queden, pero en estos momentos ni a eso quiero recurrir. Aunque me suene muy triste decirlo, debo de pasar página. Estoy convencido ella lo quiere así (o lo hubiera querido).
Siento dolor psicológico y físico. El estrés acumulado no es poco. Estoy hecho una piltrafa humana. Recurro a bañarme en la piscina o a ducharme con agua fría cuando mis piernas no pueden con mi cuerpo y sé que lo físico lo superaré.
Sé que me ayudaras.
Por otra parte hay personas que me quieren. Una de ellas me ha dicho que soy un egoísta, por no pensar que ellas también están sufriendo de verme perdido. Han sido muy pocas las que me han dado ánimos (las suficientes) y efectivamente lleva razón la que me lo ha dicho. Debo hacer lo imposible porque al menos por mí, no sufra nadie y eso supone que intente enterrar a María.

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Has vuelto por tus fueros


Has vuelto por tus fueros.
Noto tu aliento tan cerca de mí que otra vez quiero engañarme diciéndome que volveremos a estar juntos.
No paras de regañarme. No querías que yo sufriera por ti, pero para mi desgracia, hoy en particular, te tengo tan presente, que ya no es el dolor de espíritu, sino que las fuerzas de mi cuerpo me están abandonando.
Mi hija lleva días diciéndome que ponga en orden mi nueva operación de vejiga.
Que le den por el culo a mi vejiga. Ya han tenido tiempo de repararla y si no lo han hecho, que se joda.
No quiero hacerte sufrir, como se que lo haces cuando me ves así, y en mi mente se forma tal caos que ya no se para donde es para adelante y donde para atrás. Al igual que te prometí que no lo haría, ahora creo te engañé, y no soy capaz de repetir la promesa.
Pobre… que Ahora entra en el instituto y no lo veo preparado para defenderse.
Pobre de mi… que le pagan una miseria.
Pobre de tu… que no encuentra trabajo. ¡Con lo que vale!
Para querer a los demás primero hay que quererse uno, te decía, y te me cabreabas.
Ahora estoy seguro que veías tu final y yo no te entendía. Me avisaste muchas veces. Cada vez me culpo mas de no haber hecho lo imposible por cambiar tu destino, pero por otro lado creo que estaba escrito y tu supiste leerlo, aunque también se que luchaste por cambiarlo, a tu manera, más que por ti, porque le hacías falta a los demás. Querías darlo todo y pensabas aun no lo habías hecho.
¡Maldito mundo!
¡Malditos dioses!
Espero me des un hálito de vida y te pueda prometer que te dejaré en paz.

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