Escapar de las fiestas impuestas. Día de Noche buena en la parcela 2017. Pagué al Partidor-Contador


Las fiestas de Navidad las comparo con cuando alguien se empeña en dar un paseo en bicicleta o hacer un viaje a Cuenca y tú no tienes gana, aunque si tu no hicieras ninguna de estas dos cosas nadie te tomaría por loco, aunque si te tomarían por tal si no quisieras celebrar la Nochebuena.
Son muchos años los que intento pasar de ellas pero, es inconcebible, como todas las televisiones se encargan no solo de recordártelas y lavarte el cerebro para que participes.
Desde luego que hay intereses creados. No son pocas las cosas que la gente compra aun estando en plena crisis. Y cosas que la mayoría de las veces no sirven para nada porque si no comprendo el hartazgo de anuncios de colonias que hacen como si en estas fiestas tuvieras que ir necesariamente oliendo a rosas o vete tu a saber a qué.
Lo de las comidas merece punto y aparte. Parece como si hubieras pasado hambre el resto del año y ese día, o en estos días quisieras desquitarte, Pienso en las gambas y en la centolla. No es que me desagraden, pero os aseguro que me las tomaría cualquier día del año que se me apetecieran no el día que hay que comérselas por narices,
Puedo asegurar que este año ha sido el que más me he zafado de esta vorágine.
El mismo día veinticuatro, apareció mi hija en un rato monto el árbol de navidad, monto la mesa con un mantel de fiesta y sobre las nueve de la noche puso los entrantes de la que sería una opípara cena. En los entrantes se acabó mi cena.
Ni siquiera escuche el discurso de Rey, puesto que a esa hora me llamo Jean Marie, charlamos y después me paso a sus hijos,


Otrosí digo; El abogado que me lleva el caso de la herencia de mis padres me llamo también para decirme que tenía que pagar al contador-partidor. El día 23 mi hija hizo colas tanto en la Caixa como en el Santander y al final no pudo pagarlo. Llame a la directora de mi banco y después de ponerme con ella hecho un fiera, me dijo que otra vez la llamara a ella pero que no me preocupara porque por internet lo hacía en un momento. Me lo creí y lo intente un millón de veces pero la computadora me decía que no. Por fin ayer me llegue y el empleado de turno poniendo cara de que yo era gilipollas intento hacerlo y a él le dijo lo mismo. Para no perder más tiempo le dije que me diera de dinero en efectivo, me fui al Santander y en un momento me hicieron la transferencia. El fulano me dijo que el juzgado tiene un número de cuenta especial y por eso no lo admitía el ordenador.
Después de lo que me he gastado en la puñetera herencia me digo: Virgencica que me quede como estoy, que al menos recupere el dinero que he invertido. Aunque no ganara nada me alegraría que subastaran las tres propiedades.

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