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Lleva sin funcionar la Temeré, entre tres y cuatro años. ¿volveré a cogerla?




Mi hijo tiene una BMW Dakar, que, a pesar de tenerla bastante tiempo en la cochera, tampoco había hecho mucho por cogerla. Más bien nada.
Sera porque está llegando el verano, ahora ha decido hacerlo. Antes dijo llevarla a un amigo que, aunque es albañil tiene un hijo que trabaja en un taller de motos para que le diera un repaso.
Puta envidia y quizás que me había puesto como tope que cuando cogiera la Temeré, es porque ya la depresión era un recuerdo, así que le dije que la llevara también.
Estaba hecha un desastre: Cubiertas rajadas, el deposito por dentro con más mierda que el rabo de una coneja, el silenciador que no pasaría la ITV con él y paro de contar.
Entre que el trabajo no está sobrado y lo que le ha enseñado el hijo, poco a poco entre los dos la han ido poniendo en funcionamiento. La verdad es que me han entrado ganas de subirme en ella, pero que entre los días que me llevo tomando el nuevo antidepresivo, harán choque con las pastillas que me tomo para dormir, que no son ni más ni menos que tres y a launa de la madrugada estoy completamente despierto, me pongo en el ordenador a jugar al solitario y vuelvo a caer sobre las cinco. No, no estaba en condiciones de cogerla ha pesar de ya haberme dado dos baños en la piscina. Por cierto que mi hijo ha vuelto a pegar las piezas de la bomba. Ha ido esta mañana temprano a por pegamento.
La verdad es que, con cubiertas nuevas, tubo de escape también nuevo y las otras cosas que no se le ven a simple vista a mi me parece igual.
Le compraré el seguro e intentare que pase la ITV y no sea mucho el tiempo que pase sin cogerla.
Algo me debe estar haciendo el antidepresivo cuando ya soy capaz de escribir en el blog.

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Mi experiencia con los emigrantes nicas en Costa Rica


Alguien me ha mandado este vídeo y la verdad es que me he traído muy buenos recuerdo de mi estancia en Costa Rica y de mi viaje a Nicaragua Te advierto que es un reportaje que dura algo más de hora y cuarto.

Volcán Masaya

Iglesia católica de Ciudad Quesada

En todos los sitios que se ven en el vídeo, desde los nicaragüenses como Masaya, hasta los ticos como Ciudad Quesada (Que curiosamente los ticos la llaman San Carlos), he estado yo.
La verdad sea dicha el reportaje esta hecho por dos actores (Me imagino) y la realidad es diferente. Ya como introducción diré que los coyotes (Personas que los pasan clandestinamente por la frontera) los tratan a patadas, o les cobran y después no los pasan, y si es una mujer intentan violarla.
En la zona que yo viví en Costa Rica (Sur de la península de Nicoya), había muchos nicas y sus razones tenían. La casi única forma de llegar a la zona era el ferry y lo tenían tan bien organizado que en cuanto la policía de migración se subía en él, los celulares echaban humo dándoles tiempo más que suficiente para quitarse de en medio.
Casi todos los que trabajaban en las cercanías de Tambor, sobre todo cuando venían al súper a por comida (Apenas salen, puesto que su principal idea es mandar dinero a su familia) se sentaban conmigo en mi mesa y la razón es bien sencilla, los trataba igual que a los ticos, porque aunque no lo parezca estos últimos son bastante racistas (También es verdad que a los nicas le pagaban la mitad que a los ticos, con lo cual encontrar trajo era difícil). Te trataban con humildad o más bien con miedo.
Cuando pensé en irme a Centroamérica, mi primera idea fue a Nicaragua, pero precisamente fue un nica el que me aconsejo que me fuera a Costa Rica. ¡Ojala no le hubiera hecho caso! Porque él vivía en Managua donde la delincuencia es abrumadora, pero cuando estuve en Granada podías pasear con toda la tranquilidad del mundo. De hecho perodicos gringos están recomendando hacer turismo a Nicaragua antes que a Costa Rica.
No me cabe en la cabeza que los nicas no hayan echado de una puta vez al castroja de Daniel Ortega
También es verdad, que la deuda la inventaron los gringos en Latinoamérica como una forma de llevar a cabo aquello de “América para los americanos”, pero sin especificar de qué americanos se trataban. Ya algunos le están países le están saliendo rana como Ecuador con Rafael Correa. Como allí se lo están poniendo difícil, ahora siguen el experimento con Europa y hasta ahora le esta saliendo bastante bien.

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Kristelle y su viaje a Australia


A Kristelle la conocí en Tambor de Costa Rica y ya escribí sobre ella (merece la pena leerlo).
Si vuelvo a escribir es porque he recibido una imagen suya y me ha extrañado.
Cuando me hablaba de su Alternative world sailing community la verdad es que no me lo creía mucho, pero la imagen que me han mandado es precisamente de esta página de Facebook, pero me he metido en ella y he visto todas las demás y es verdad que están cruzando el Pacifico para ir a Australia.
Como decía en el anterior escrito las apariencias engañan porque no solo era el aspecto de ella sino e de todos sus acompañantes y algo más extraño que el que Kristelle me mencionó como su capitán (decía que siempre estaba liado con sus cartas náuticas), eligiera semejante tripulación para un viaje que no es nada fácil.
También me ha acercado por su página personal y la verdad es que últimamente no se prodiga mucho, lo último que tiene escrito es de Abril, porque la página del grupo está actualizada y aparece ella. Siguen navegando. Van por la Polinesia.
Lo que más me admira de este grupo, es que con la que está cayendo, por esta parte del mundo, o más bien en el mundo entero, ellos han desconectado, viven con lo imprescindible (Kristelle tocaba el violín para sacar algún dinero) y doy por seguro que son más felices que el resto de los mortales.

Saludos Kristelle.

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El dilema de la emigración


Se lo que es emigrar, a los dieseis años me fui a Cádiz a estudiar náutica, y aun no he vuelto a vivir al pueblo donde nací. Empecé a navegar (cinco océanos y treintaitantos países), una de las épocas más bonitas de me vida. Por circunstancias que no vienen al caso deje de hacerlo y encontré trabajo en tierra en una azucarera que no era precisamente del lugar que había dejado (dentro de ella la vivienda donde pase unos años). Con la entrada de España al Mercado Común o como se llame, este tipo de industria no pudo competir con Alemania y Francia y tuvo que cerrar, pero antes de que lo hiciera se estaba formando en Granada una empresa de aguas y en ella termine mi vida laboral y mis desplazamientos por el mundo. Miento, también por circunstancias pero esta vez elegido por mí, me fui a vivir a Costa Rica donde he pasado algunos años.
A raíz de que un nieto mío se va a Barcelona a trabajar, buceo en internet y me encuentro con esta carta de un emigrante en la que entre otras cosa dice: Que a nadie le dé vergüenza emigrar, emigrar no significa abandonar su país, solo significa abrirse a otro, enriquecerse con la diferencia de los demás. También dice: como si hubiéramos vuelto a la época más negra de la emigración española de los años 50. Como si los que se marchan España los perdiera para siempre.
No todo el mundo es trilingüe, tiene una o dos carreras y un par de master. Si es en Europa hay mucha juventud que lo único que esta es fregando platos en un restaurante y ganando 500 € y si es en Latinoamérica, que tenemos la ventaja en del idioma, me ha coincidido estos años allí y sé que no lo están pasando nada bien. No es fácil hacerse residente y estos países cada vez lo están poniendo más difícil. No hablemos de las miserias que se cobran por allí.
Una amiga suya que ya había empezado antes la aventura, lo llama y le dice que puede conseguir un trabajo en Martorell (justo al otro extremo de España). Viendo cómo está la situación por esta parte del mundo no se lo piensa dos veces. No sabe exactamente en que consiste el trabajo, cuánto va a ganar, ni donde va a vivir, pero a estas alturas esas son nimieses. Todo lo que quiere se lo deja aquí.
Me gustaría describir a Alejandro pero sé que en este momento no voy a decir más que gilipolleses así que solo diré que es un muchacho excelente.
Te deseo que te vaya todo lo bien que pueda irte.

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De Costa Rica a España. Marzo del 2014


Llegó el a su vez tan temido como deseado día, día que últimamente me tenía la ansiedad por las nubes, pero al que por otra parte me sumía en una gran inquietud porque podía significar un cambio irreversible en mi vida, con la incertidumbre de no saber si para bien o para mal.
La maleta y la mochila más de una semana preparadas, pero siempre con el temor de olvidarme algo a última hora. El avión salía de Tambor a las dos así que había tiempo de repasar todo.
Le temo a la despedida, sobre todo de ella (la innombrable) pero resulta que sobre la hora de irnos también llega Verónica, Tabo y Moisés. Gran nudo en la garganta, ojos húmedos y a subirnos al carro. Solo cabíamos Jose y yo porque los asientos de atrás iban abatidos para que cupieran las maletas. Lo dejaríamos en el aeropuerto y después irían a recogerlo.


Como es lógico esperando el avión solo había gringos y los que de alguna forma viven de ellos. No es un medio de transporte que se lo pueda costear cualquier tico.


Veo la iguana que siempre anda por allí. Al parecer se resiste a que la echen de su hábitat.


Siempre olvido que estoy en Costa Rica y que el tiempo allí es indefinido. Pasan las dos y cuarto, las dos y media y por fin escucho que llega un avión. No, no era el nuestro era uno de Air Nature o algo parecido y ya temo que el nuestro no llegue y perdamos el que nos llevara a Europa, pero aproximadamente a las tres llega el de Sansa.


La verdad es que he volado mucho, pero en un cacharro de estos nunca y tengo cierto respeto a hacerlo, y menos mal que hace buen tiempo y los baches en el aire no son muy fuertes.


Veo desde el aire en especial Bahía Ballena (siento un no sé qué).


Adiós a Pochote.


Isla Tortuga, isla Jesusita y la de Cedros. También siento una extraña sensación.
Aterrizaje en el Juan Santamaría. Hay que salir del aeropuerto y volver a entrar para ir a viajes internacionales. Respiro porque veo que tenemos tiempo para coger el Airbus que nos llevará a España. Me sigue jodiendo que al pasar por aduana te hagan quitarte hasta unas zapatillas de playa en las que no se puedan esconder no ya un explosivo sino un puto cigarrillo. Desde el 11 S la única misión de las aduanas es humillarte y acojonarte.
Busco un bar que había en los sótanos en que se hacían los locos y dejaban fumar, en especial porque todos los pilotos pasaban por allí para hacerlo, aunque me imagino que también lo harían en las cabinas de sus aviones. La verdad es que hace tiempo que lo que es fumar no fumo, pero vapeo porque aun me hace falta mi dosis de nicotina.


Subimos al Airbus. Este en concreto es un A340-600 por nombre llamado Vicente Aleixandre. Habíamos escogido un asiento junto a la ventanilla más bien de la cola y desde allí impresiona ver a cerca de cuatrocientas personas y que este ingenio sea capaz de volar con ellas. Pienso que es un desafío a la gravedad.
Otra vez me olvido que aún sigo en Costa Rica hasta que habla el comandante del avión y no sin cierto recochineo nos dice que lo que es por su parte tenía todo en condiciones para despegar a su hora pero que las autoridades del aeropuerto, no sabía bien por qué no les daba la orden de salida.
Por fin despegamos, no sin bastante retraso, al poco nos estaban dando la cena, y despues van apagando todas las luces para que durmamos. Hay que tener en cuenta que viajamos en dirección contraria a la del sol por lo que casi todo el viaje es de noche.
A pesar de haberme tomado una pastilla para dormir me es imposible hacerlo y me sorprendo que todo el mundo lo haga. Me dolían desde las cervicales, el culo y cualquier otra parte del cuerpo. Eso sí, aunque no lo necesitara y solo fuera por joder estuve fumando del cigarrillo electrónico, todo lo que me dio la gana.


Ya se veía claridad aun llevando las ventanillas cerradas, abro la mía y veo que estamos llegando a la costa de Portugal.
Otro si digo, sigo sin creerme que los celulares conectados interfieran en la navegación del avión, y si sirve de prueba, y lo hice conscientemente (o inconscientemente) el mío no solo no lo desconecte sino que fui haciendo fotografías con él (ya había leído algo sobre el tema y sus intereses creados).


Por fin llegada a Barajas y como es lógico con retraso, cosa que no entiendo puesto que el piloto en un trayecto tan largo podía haber recuperado pero me imagino que siguen teniendo una prima por ahorro de combustible y eso de los retrasos se lo pasan por el forro de los testículos.
Aterrizamos en una terminal que está justo al otro extremo de la que estaba el avión que teníamos que coger para Granada. Escaleras mecánicas, pasillos mecánicos, aduanas y vemos que no llegamos a tempo de enlazar. Mi hijo corría como en una maratón, pero yo no era capaz de seguirlo, además pensaba que con las pulsaciones que llevaba el corazón me iba a repetir el ictus. Me conformaba con no perderlo de vista porque a esa velocidad no veía ni las señales que me indicaban el camino a seguir. Llegamos tan en el último minuto que las azafatas tanto de tierra como del avión, no nos miraron ni el billete, sino que nos dijeron que ya lo sabían, lo del retraso del otro avión y que corriéramos.
El piloto del avión de Granada estaba en las escalerillas de subida y al verme la cara y la lengua fuera me dijo que no me preocupara que el funcionamiento de este aeropuerto era un desastre y tan es así que otra vez esperamos no sé cuánto y también salimos fuera de hora, esta vez porque no le daban pista de despegue.
Me quejaba de la forma de ver el tiempo de los ticos pero después de esta experiencia veo que es el mundo el que funciona mal, y así nos va, solo que ellos se lo toman con otra filosofía y es la que debíamos aprender los demás habitantes del planeta Tierra.
Habíamos quedado en llamar desde Madrid a mis hijas para que tuvieran la seguridad al ir a buscarnos, pero después de lo narrado ni que decir que no pudimos hacerlo. Me parecía lo de menos, puesto que podríamos tomar un taxi, pero no solo estaban ellas sino que traían dos vehículos.
Conozco a Pula en persona.
Final del trayecto.
Por fin llegamos a casa, como ET.
Esta fue la mejor parte del viaje puesto que temía algunos, digamos roces, que no solo no se dieron, o ya veo el mundo tan diferente a como lo ven el resto de los humanos que procuré evitarlos.
Continuaré cuando salga de la nube en la que me encuentro.

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La balanza se inclinó. El dolor del alma y del cuerpo


Parece que el dilema se inclinó por irme a España. Lo he meditado mucho y he procurado informarme. No quiero dejar puertas cerradas y una vez curadas las averías del cuerpo y especialmente los dolores del alma, nadie me puede asegurar que otra vez me dé la locura por volver.
En Migración, me han dicho que puedo estar fuera del país once meses y que no me ocurriría nada siempre que tenga la residencia permanente, por lo que estoy arreglando todo para obtenerla y creo que será tiempo suficiente para que me arreglen lo que me dejaron mal en las operaciones de vejiga que hace que me escueza al orinar y que tenga que levantarme varias veces por la noche para hacerlo, levantándome como si hubiera descargado un camión de cemento.
A mi médico de cabecera le hablaré, primero que procure mandarme a urología y del ictus y le llevare todas las pruebas que me hicieron (TAC, ecografía del corazón y revisión de las arterias que llevan la sangre al cerebro), aunque de esto espero poco: Mas bien me diré que el tabaco ni olerlo y que si me repite a joderse.
Proyectos. Pero de todos ellos lo primero que tengo pensado es a mi psiquiatra y que intente dejarme no para bailar sevillanas que puñeteras ganas que tengo de hacerlo, pero sí que me haga ver el mundo al menos como un tico (Escribo para mí porque nadie comprenderá como ven el mundo los ticos).
Tal y como tengo la olla veo más que inconvenientes para irme, tan es así que habíamos proyectado el viaje para pasado medio mes de marzo, pero me levanto todos los días con una ansiedad que no es normal, esperando que pasen los días así que creo que adelantaré el viaje y bastante, puesto que estar en estas condiciones es un verdadero martirio.
Hablé en una entrada anterior de noticias calamitosas que me llegaban de España y la cosa no ha cambiado, pero lo malo del asunto es que voy a tener que ver a una persona de las dos que me había prometido en esta vida no tener ninguna relación con ella y aunque me dicen que ha cambiado soy de los que piensan que genio y figura hasta la sepultura.
También estoy pensando en la piscina. Estará hecha una mierda así que habrá que limpiarla y digo esto porque ojala sea capaz de hacer lo que hice con mi gran depresión que fue, en pleno invierno al levantarme pegarme un baño. Independientemente de lo que me ayudo el psiquiatra y de los antidepresivos, estoy convencido de que uno se tiene que marcar una meta y esta fue la que me hizo despertarme del submundo en que me encontraba.
Hasta esto he mirado: . Máximas de unos quince grados y mínimas de dos o tres grados, o sea que la media de la piscina será de unos seis grados. La diferencia de los treinta grados de todo el año aquí no es moco de pavo.
Repito que por eso quiero adelantar el viaje, porque como siempre muchos proyectos y después no sale ninguno y sin embargo hacen que el cerebro de vueltas como si de un molinillo se tratara.

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Historia de dos días. Nochebuena en Tambor


Cuando me despierto alguien me dice que ya han salido. No pregunto pero recuerdo que Rigo me había dicho que fuera con él a algún lugar de la provincia de Guanacaste, cerca de cantón o ciudad de Nicoya (Con la división territorial de Costa Rica hasta los ticos tienen un lio que no se aclaran, caso de San Ramón y Quesada). No estoy todavía preparado para turistear, aunque noto que con el cambio de antidepresivo voy mejorando, pero solo de pensar que tenía que atravesar el tramo de llamémoslo camino, porque bajo ninguna circunstancia se le puede llamar carretera, entre Paquera y Playa Naranjo, ya le digo que no. Por lo que se ve lo llevo mi hijo.
Un día normal para mí pero ya de noche después de venir de mi playa, veo que aparecen y su aspecto era como si hubieran atravesado el Desierto del Sahara, tal era el polvo que traían encima.
Rigo me explica algo del porqué del viaje: El procede de allí y su madre con su padrastro aun lo continúan haciendo, la madre por estas fechas cumple años (Creo que el mismo día veinticuatro) y aprovechando estas fechas, navidades y cumpleaños procura ir a verla.
Finca con no sé cuantas hectáreas (no quiero decir miles por si me paso) con no sé cuantas cabezas de ganado (tampoco quiero decir cantidad) y viven casi en plan autosuficiente. Podían cocinar con gas o con electricidad pero la madre sigue haciéndolo con leña porque dice que la comida no sabe igual. Crían un par de chanchos para sacrificarlos por estas fechas y quizás fue una de la razones de ir Rigo, porque cuando salieron del coche los vi que descargaban, carne, morcillas (no son igual que por España), tamales y no sé cuantas cosas más.
Se habían pinchado en el camino de ida y no llevaban ni gata ni llave de ruedas (nos las habían robado unos días antes). La gente por estos lares es muy solidaria y lo resolvieron bien.
Fin del primer día porque si me entretengo en contar detalles tengo que escribir la historia de la familia de Rigo, de que fueron españoles recientes, que miden todos más de uno ochenta y de que único que salió moreno y de estatura normal, fue él.







Segundo día: Nos levantamos como si fuera cualquier día normal, nadie había mencionado las navidades, si veo que Rigo aparece con una barbacoa y me parece lógico por las pitanzas que trajeron ayer. Yo digo de ir a Cóbano a que me pongan la inyección milagrosa, porque ayer había pasado un día criminal de moqueo, congestionado y con dolor de cabeza y también observo que mientras yo estoy en la farmacia y después eran muchas y en diferentes sitios las compras que estaban haciendo.
Vuelta a Tambor y continua el día normal. Comemos y yo me echo un rato. Voy a tomarme un café y veo que están encendiendo la barbacoa. Hacen ascuas con leña de madera dura y cuando hay muchas ascuas, le echan carbón encima y ya esta lista, y cuando digo esta lista es que lo estaba serian las cuatro o las cinco de la tarde. Aparece Verónica y se pone a adobar la carne. Me parecía mucha carne para los pocos que estábamos en ese momento.
Se hace noche, digamos las seis de la tarde, y ya se estaba haciendo la carne. Poco a poco van apareciendo personas hasta que nos juntamos diez o doce. Yo no lo sé seguro pero creo que no estaba preparado para que vinieran por aquí y una de las pruebas es que se acabaron las cervezas que había aquí y alguien fue y trajo me imagino que una caja mas.
Carne, morcilla, algún tamal, una especie de revoltillo de cebolla, tomate y otras cosas puestas al fuego y tortillas (no la española ni la francesa, sino esa especie de pan redondo y aplastado)
Aunque ya los que estábamos allí habíamos acabado, me llamo la atención que llegara hasta Manuel.






Lo que más me jodió es que el turrón que nos habían mandado de España se lo comieran como si fuera una morcilla más. Parece que alguien hizo algún comentario.
Ya se iban yendo algunos cuando para mi sorpresa sacan regalos. Desde unas sandalias hasta unos prismáticos pasando por una caña de pescar.
Aunque no lo parezca antes de las diez estaba en la cama, así que quizás es la Nochebuena más rara que he pasado. Por lo menos para mí fue la más imprevista y creo que en Tambor fue la única, por lo menos el detalle de los regalos.

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Viaje a Esparza. Mi visita al psiquiatra


Puñeteras neuronas, cada vez las entiendo menos.
Cada vez me encontraba peor, así que era la hora de decidirse a ir a un psiquiatra. Ir a San José me daba pavor, en internet aparece uno en Puntarenas pero en su anuncio solo hace hincapié en las drogadicciones y alguien me dice que a Esparza viene uno, me imagino que de San José, una vez al mes, y que le toca el sábado así que ya me decido a pedir número. Podíamos habernos ido en el ferry de las nueve, pero precisamente a esa hora me da la cita.



Madrugón para coger el de las cinco y media. Amanecer en el golfo, pájaros en un camaronero y la policía que lleva a dos elementos que cosa extraña no los conozco.
Directamente al banco porque no llevábamos ni cinco, hablamos de coger el autobús, pero al final nos lleva el mismo taxi.


Nos sobra tiempo así que a desayunar, yo no, porque aquello era un almuerzo, y a dar una vuelta por la ciudad.


Sobre la nueve menos cuarto, nos vamos a la clínica y después de esperar no sé cuánto, nos dicen que el Dr. se encuentra en un atasco y que llegara sobre las diez. Por lo pronto se jodió coger el ferry de las once.
Por fin llega y subo con él a su consulta. No sé por qué aquí todos los médicos se empeñan en escribir a mano todo tu historial clínico. Voy amarrando detalles y parece que sabe de psiquiatría. Cuando me dice que hay un antidepresivo que lo que da es hiperactividad, pero que tiene el inconveniente de que da ansiedad, le digo que ese es el mío y ahí queda la cosa. Ni me llamas para ver el resultado ni nada que se le parezca.
Vuelta a Puntarenas y a esperar hasta las dos que sale el próximo ferry. Comemos en el Pollazo y mis acompañantes, como todo el mundo que va a “la capital” de compras.



Vuelta y aun me da tiempo a ir a mi playa.
Lo que decía al principio de las neuronas: Ni he tenido ansiedad, ni me he cansado, ni nada de nada. Y yo que creí que me tendrían que llevar en camilla.

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Burocracia. Otro viaje a San José

Embajada española


Burocracia.- Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.
Esta es la cuarta acepción de la RAE, y por lo menos para los dos o tres casos que he estado en San José es la única que puedo aplicar.
Pasaporte: Se me mancha con Coca Cola, no precisamente en las hojas en los que están los datos, sino en las ultimas, que habría que estar viajando durante toda la vida para que lleguen a usarse, pues bien aquí aplicamos lo de las formalidades superfluas, porque el pasaporte no vale. En esta no piden muchas formalidades, solo una fotografía de tamaño normal, es decir de 40x30, eso si no se si tendrán que hacerlo en España, porque en el mejor de los casos estará en veinte días.
Carnet de conducir. La verdad es que no se en que año vivo y que las cosas caducan (alimentos y otros) pero en el caso del carnet, aparte de rellenar varios formularios te piden reconocimiento médico y fotografía. Las dos tienen guasa. El certificado medico aquí esta digitalizado, del médico pasa directamente a Transito. Nadie sabe cómo hacer un papel que diga que estoy bien y que valga. Cruce de correos con la Embajada y yo creo que más bien trampeando consigo uno. Escaneo y a la embajada para ver si vale. Vale. Yo creo que en este caso hubiera valido cualquier papel aunque lo hubiera firmado Huevo de pato.
Lo de las fotografías es punto y aparte. Muy importante el formato de la foto, debe ser cómo indica la Jefatura de Tráfico, ya que son súper estrictos con este tema, nosotros le adjuntamos las fotos junto con todos los demás requisitos, me dicen. Tienen que ser de 32x26. Voy a dos fotógrafos y me dicen que están hasta los cojones de hacérselas a gringos, alemanes, y paro de contar y que ningunos tiene este formato. Me meto con uno de ellos y trampeando en el programa conseguimos hacerlas.
Lo de volver a tener el carnet de conducir, dependerá de la Jefatura de Tráfico, podrá tardar entre dos y cuatro meses. Los ticos son más listos, el 90% de los que yo conozco no lo tienen y así de burocracia nada. Que conste que también existe policía de tránsito, pero su misión prioritaria no es multar.
Vivir donde vivo tiene sus ventajas, per la desventaja principal es que para cualquier cosa hay que ir a San José y es todo una aventura. Este mes han parado un ferry, ellos dicen que reparación, pero pienso que ha bajado el turismo y ya sabemos que la empresa tiene que ser rentable.


Me levanto a las tres y media, salimos hasta el embarcadero a las cuatro, salida del ferry a las cinco (noche cerrada).


Amanecer en mitad del golfo.
Llegada a Puntarenas a las siete menos cuarto (cada vez van más lentos), taxi a la estación de autobuses


y salida para San José. Llegada sobre las nueve y media y la cita la tenía para las diez y media, nos metemos en la embajada y algo conseguimos, la muchacha esta vez española ella y muy amable consigue adelantar la cosa.


A las diez y media estábamos almorzando, taxi y estación de autobuses y de vuelta.
En Puntarenas intentamos hacer otros trámites, que no conseguimos y a esperar el ferry de las cuatro.



Esperamos en la soda que paro desde que estoy aquí. Ya soy amigo del dueño.



Atardecer en el golfo.
Llegada a Tambor sobre las siete.
Hasta los cojones.

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Segundo día. Masaya, volcán, Laguna de Apoyo, mercado y taller de artesanía


Al igual que ayer para Las Isletas, habíamos apalabrado una excursión con el recepcionista del hotel para que nos preparara un viaje a Masaya. Aquí en Tambor, conozco a un nica, que es de allí y me había hablado maravillas sobre todo de su artesanía.
Desayuno y ya nos esperaba la buseta. Menos mal que no era igual al carro que nos llevó ayer al embarcadero de las isletas, que había que parar para echarle agua al radiador.
Es curioso pero al menos en la parte que he visto yo las carretera de Nicaragua son bastante buenas. Directos al Parque nacional Volcán Masaya. Pagamos en la entrada y hasta nos colocan una pulsera en la muñeca tipo barra libre. Van aprendiendo rápidos estos nicas.
Parada en una espacie de museo en el que había cuatro cuadros y cuatro, especie de ollas de barro, que eran donde enterraban a sus muertos. Como todo sea así la jodimos, me dije.
Paramos en Valle de roca volcánica y el guía nos explica algunas de las características de la lava y sobre todo de unas oquedades entre las mismas.


A poca distancia nos vuelve a parar para enseñarnos un árbol que según el sobrevivió a todas las erupciones; había un hormiguero en forma de cesta pegado al árbol. Nos insistió para que las probáramos y por qué no, lo hice. Para mí no fueron ningún manjar. Ya se sabe que a buen hambre no hay pan duro y los indígenas no tendrían mucho que comer.
A la derecha el Lago Masaya y por fin subimos al volcán del mismo nombre. Se acerca uno hasta la misma boca, pero me imagino que bajar será imposible por la cantidad de gases que suelta. Me dijeron que acercara la cabeza para olerlos pero aún sigo con el olfato jodido. Cruz en donde los indígenas hacían sus sacrificios, tirando a doncellas principalmente. Curioso un cartel de se prohíbe beber y fumar.


Vuelta y nos llegamos a Masaya propiamente dicho. El guía nos deja en la misma puerta del mercado de artesanía y quedamos a una hora después de que hayamos comido.
Se pueden pasar dos días para ver, para mí, todas las piezas de arte que allí se exhiben. No vi las guitarras de que me había hablado Nelson (mi amigo nica). Al final comemos en el mismo mercado, porque aun teníamos que ver más cosas y el tiempo pasaba.


A la buseta y nos lleva a un taller de alfarería. Nos hacen uno exhibición del proceso de fabricación, y siguen haciéndolo igual que sus ancestros porque mientras nos hacían la demostración , otros las llevaban a la practica. Si cobraran las piezas, en relación a las horas dedicadas a ellas valdrían una fortuna, y quizás lo hagan, pero horas de Nicaragua.


Entre otras cosas me llamó la atención una semilla que utilizan para pulir, la del zapote, que dura años desempeñando esta función.
Le pregunte a nuestro informante, si hay fábricas que se dediquen a hacerlas en plan industrial, y lo único que me dijo que ya hay maquinas que se dedican a extraer las piedras de las que hacen el barro, y el barro como tal también lo hacen otras.


En el mercado no compré ninguna pieza, aquí si lo hice.


A seguir camino y quería pararnos en otro sitio que hacían artesanía de cañas de bambú, pero se acababa el día y le decimos que continúe.


A la laguna de Apoyo. Mirador y según las explicaciones de nuestro guía no dejan utilizar en la misma lanchas a motor ni nada que la contamine. La idea: Que sirva de suministro de agua a Granada y a otras poblaciones en caso necesario, cosa que dudo puesto que es de agua salobre y no tiene ríos que vayan reponiendo la que se consuma.
La verdad es que fue un día largo. Vuelta al hotel, descansamos un poco, salimos a cenar y como no a tomar Toñas en calle de la Calzada.

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Primer día en Granada, Nicaragua. Visita a Las Isletas y recorrido por la ciudad

Intentar reunir en un solo vídeo las imágenes y vídeos tomados durante todo el día es misión imposible y más teniendo en cuenta que la tomamos con la cámara y el celular y después intentar aunarlas por tema. He hecho dos, uno de Las Isletas propiamente dichas y otro del recorrido que hicimos por la ciudad por la tarde.


Antes de hablar de Las Isletas debería hablar algo sobre el lago de Nicaragua aunque los nicas parecen que les gusta más llamarlo lago Cocibolca. Tiene una extensión de 8.624 km², razón por lo que los españoles que lo descubrieron creían era un mar. En él se dan temporales, pero lo más curioso es que es el único lago de agua dulce en el que existen tiburones
Las Isleta al parecer son producto de la explosión del volcán Mombacho hace alrededor de veinte mil años. Si buscas información sobre el número en cada sitio te dirán uno y no me extraña porque algunas son una especie de rocas que salen del agua, pero la cifra menor que leí es de 350. Es como un laberinto de canales, en las que vas dejando isletas a uno y otro lado. Al menos en el recorrido que nos hizo la panga, que en principio duraba una hora, yo dije que dos y el digamos patrón lo único que hizo es quitarle velocidad (no son tontos esos nicas) en la mayoría había viviendas, las más de lujo, hoteles y demás tipo de construcciones. Para más INRI he leído que hasta los reyes de España, aunque con sus consiguientes líos (al parecer la tiene un gringo), tienen una que le regalo una el gobierno nicaragüense.
No creamos que todas sean de los gringos, nos iban indicando esta es de tal, y eran personajes nicas. También allí hay personas ricas como el dueño de la Toña, cerveza nacional tica.
En las isletas se había desarrollado un ecosistema propio que pronto se ira al carajo.
Atracción para los guiris: Una en que un veterinario soltó a una pareja de congos y a un carablanca. Deben de comer de lo que le llevan los turistas. Uno tiene su quinta mano cortada (la cola prensil).


Vuelta al hotel a descansar un poco, salimos a comer y a continuación a recorrer la ciudad. Mis compañeros de viaje querían recorrérsela en una tarde (Tiene más de cien mil habitantes), pero yo iba a mi paso fijándome en detalles, sobre todo de las casas, y cuando se perdían me esperaban. Si no se conserva tal y como era cuando la fundó Francisco Hernández de Córdoba (de ahí el nombre de la moneda del país) desde luego tiene todo el sabor colonial, de hecho, si no es ya, la van a nombrar patrimonio de la humanidad.


Llego la noche y como no podía ser menos acabamos en calle de la Calzada.
Me admira la cantidad de extranjeros que había en ella, y en este caso no solo gringos, sino también europeos. Claro que la mitad eran nicas, o sea que aquí también hay clases.
Espectáculos callejeros, el que más me llamo la atención es un grupo de chavales bailando eso que llaman break dance. Acaban el espectáculo y si das voluntariamente bien, pero no insisten lo mas mínimo.
Muchas Toñas y ya de vuelta para el hotel, esta vez para dormir. Queda mucho por ver y días por delante.

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